La falta de información es la principal barrera a la instalación de bombas de calor en viviendas, según un estudio de la organización europea BEUC, en el que CECU participa.
Los sistemas de climatización (calefacción y refrigeración) son responsables del 47% de consumo de energía doméstico en España, según el IDAE (2011). Electrificarlos es clave para abaratar costes y reducir emisiones de gases contaminantes. En un contexto de inflación generalizada e inestabilidad de precios de la energía, marcado además por la necesidad de cumplir los compromisos climáticos alcanzados por España y la UE, resulta imprescindible que las administraciones faciliten y acompañen a las personas consumidoras en esa transición energética.
La recién iniciada presidencia española de la Unión Europea coincide con la negociación de directivas europeas claves en este sentido, como la Directiva de Eficiencia Energética de Edificios (EPBD), que encara sus últimas rondas de negociación y que contiene importantes medidas para posibilitar el acceso a la rehabilitación energética de los hogares a todas las personas consumidoras y para avanzar en la descarbonización de las viviendas. El Gobierno que se formará tras las elecciones del 23 de julio tiene la responsabilidad de mantener la ambición respecto a esta directiva y tomar decisiones en favor de los intereses de las personas consumidoras, especialmente de las más vulnerables.
La Federación de Consumidores y Usuarios CECU defiende la bomba de calor como la alternativa más barata y sostenible a los sistemas de climatización tradicionales, por su alto grado de eficiencia energética y el ahorro económico y energético que supone, porque sirven tanto para calentar como para refrigerar las viviendas y porque pueden funcionar con fuentes 100% renovables. Pese a estas ventajas, el 50% de las personas consumidoras en España no han oído hablar de este sistema, según nuestro estudio, y su grado de implantación avanza de manera más lenta en nuestro país respecto a otros miembros de la UE.
Para conocer cuáles son las barreras que obstaculizan el proceso de electrificación de la calefacción en nuestro país y dificultan a las personas consumidoras tomar la decisión de instalar una bomba de calor en sus viviendas, CECU ha participado, junto a la organización europea de consumidores BEUC y otras organizaciones de consumidores europeas, en un proyecto de compra misteriosa (mystery shopping) de bombas de calor, con el objetivo de conocer la experiencia de las personas consumidoras que deciden cambiar su caldera por una bomba de calor.
Barreras a la instalación de bombas de calor
Aunque las bombas de calor y sistemas de aerotermia son la principal opción en obras nuevas, no lo son en el caso de sustitución de las calderas y sistemas existentes, cuyas posibilidades suelen ser desconocidas para las personas consumidoras.
La investigación revela que el principal problema es la falta de información, que no se traslada de manera transparente y completa a las personas consumidoras, particularmente sobre el precio de la instalación y sobre el ahorro que puede llegar a suponer, así como sobre los plazos de amortización. En este sentido, existen importantes dificultades para encontrar técnicos especializados en la instalación de bombas de calor, lo que dificulta un asesoramiento básico y una adecuada evaluación sobre si la vivienda es apta para la instalación o sobre cuáles son los sistemas y potencias más adecuadas en cada caso. Los datos muestran que, a menudo, la instalación es más sencilla de lo esperado, ya que en muchos casos se pueden aprovechar elementos que ya tenían en sus hogares, como los radiadores, y muchas personas consumidoras se han mostrado sorprendidas positivamente al conocer esta posibilidad.
Recomendaciones políticas
Las bombas de calor tienen un enorme potencial para reducir la brecha de pobreza energética y los consumos energéticos de los hogares españoles, especialmente en un contexto de inflación como el actual, además de reducir emisiones y actuar frente a la emergencia climática. Garantizar su despliegue rápido y equitativo es una apuesta por los derechos de las personas consumidoras. Por ello, CECU traslada las siguientes peticiones y recomendaciones a las administraciones públicas:
- Compromiso por parte del gobierno que salga de las urnas el 23 de julio que mantenga la ambición respecto a la Directiva Europea de Eficiencia de Edificios, teniendo en cuenta los intereses de las personas consumidoras.
- Incremento de la oferta y promoción de la formación de profesionales y técnicos con certificación oficial para la instalación de bombas de calor.
- Publicación y difusión de un listado oficial de instaladores acreditados al que las personas consumidoras puedan acudir cuando decidan instalar una bomba de calor.
- Puesta en marcha de un registro de instalaciones, con sus características técnicas y ahorros conseguidos, que se pueda consultar y en el que se puedan comprobar los rendimientos obtenidos.
- Mayor apuesta por la subvención y financiación pública de estos sistemas, especialmente para los hogares de rentas más bajas. Las bombas de calor tienen un potencial de ahorro de energía significativo a largo plazo, pero para su adecuado desarrollo se necesitan incentivos financieros para la instalación.
- Mayor esfuerzo en la comunicación de estas ayudas y subvenciones disponibles para que lleguen a todas las personas potencialmente interesadas, así como facilitar el acceso a la información necesaria sobre los beneficios de las bombas de calor.