Durante los últimos años uno de los temas que ha ganado relevancia en la agenda pública y que se ha convertido en una preocupación de los ciudadanos en España es el cambio climático. Diversas encuestas<sup>1</sup> reflejan que la mayoría de las personas lo identifican como un problema y lo consideran un desafío para la sociedad en su conjunto.
El agua es uno de los recursos en el que más se visibiliza las consecuencias del cambio climático. En el caso de España, donde gran parte de su territorio posee un clima mediterráneo, en el que la sequía constituye un fenómeno natural y recurrente, se está incrementando la duración, periodicidad y la severidad de este fenómeno. Por otra parte, el consumo de agua provocado por la agricultura intensiva y los efectos provocados por la expansión urbana ocasionan la sobreexplotación de los acuíferos de la región e incrementan el riesgo de desertificación y aridez de la tierra2.
En este contexto, la combinación de escasez y sequía requieren una respuesta en múltiples niveles para aliviar la presión sobre el sistema hídrico nacional. Una de las alternativas es la utilización de fuentes no convencionales de agua, como el agua desalinizada y el agua regenerada, entendiendo que se trata de un complemento y no una solución en sí misma.
¿Qué es el agua regenerada?
En nuestra vida cotidiana utilizamos agua todo el tiempo, que luego es desechada por los desagües hacia los sistemas de alcantarillado municipal. Estas son las aguas residuales que se llevan a las Plantas de tratamiento y se someten a procesos para ser depuradas y posteriormente vertidas. El agua regenerada permite darle un nuevo ciclo de vida a estas aguas depuradas, al someterlas a otro tipo de tratamiento adicional, a través del cual adquieren una calidad superior que permite que sean utilizadas nuevamente. A este tratamiento se lo denomina regeneración.
Volumen de aguas residuales tratadas en España por comunidad autónoma en 2016 (Fuente: INE)
El Ministerio de Sanidad de España define las aguas regeneradas como aguas residuales depuradas que, en su caso, han sido sometidas a un proceso de tratamiento adicional o complementario que permite adecuar su calidad al uso al que se destinan.
En las áreas de alta densidad urbana se producen diariamente grandes cantidades de aguas residuales, por lo que su tratamiento para convertirse en agua regenerada es una alternativa viable para reducir el consumo de las fuentes de agua convencionales y fomentar una gestión circular del agua. Como veremos a continuación, los usos de este tipo de agua son múltiples y están basados en el cumplimiento de estrictos estándares de calidad.
¿Qué usos tiene el agua regenerada?
El agua regenerada tiene la potencialidad de cumplir múltiples usos, cuya aplicación varía en diversos países de acuerdo con la normativa específica de cada uno. Algunos de los usos principales son:
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Urbano: para el lavado de coches o los inodoros.
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Paisajismo: para la irrigación de parques, campos de golf y paisajes urbanos.
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Industrial: enfriamiento, lavado.
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Agricultura: irrigación de cultivos de consumo animal y humano.
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Recarga de aguas subterráneas.
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Incremento de las aguas superficiales de agua potable.
En España el uso de agua regenerada lo regula el RD 1620/2007, habilitando cinco tipos de usos: urbanos, agrícolas, industriales, recreativos o ambientales. En este real decreto se delimitan los criterios de calidad que tiene que cumplir el agua regenerada para cada tipo de uso, que fueron establecidos siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y los criterios del Estado de California, en Estados Unidos. Esta norma define la frecuencia de muestreo y análisis para la evaluación de los parámetros de calidad del agua, a fin de proteger la salud de la población.
Usos de agua regenerada en España en 2016 según tipo de uso (Fuente: INE)
La inclusión del agua regenerada en la gestión integral del recurso hídrico promueve una serie de beneficios para todo el circuito, como es3:
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la protección de los recursos hídricos,
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la reducción de la contaminación costera,
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la recuperación de nutrientes para la agricultura,
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el incremento del caudal de los ríos,
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la recarga de las aguas subterráneas,
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la gestión sostenible del recurso hídrico.
Algunos de los países y/o regiones con mayor experiencia en la reutilización de agua son Israel, California y Florida en Estados Unidos, Chipre y Australia. En España el promedio nacional de reutilización de agua es del 10 por ciento, siendo Murcia la Comunidad Autónoma que encabeza la reutilización en el país, con un 71,8 por ciento.
Porcentaje de uso de agua regenerada en España por Comunidad Autónoma en 2016 (Fuente: INE)
El agua regenerada en la agricultura
En la Unión Europea, la escasez de agua afecta al 17 por ciento de su territorio y el 46 por ciento de su población habita en áreas con estrés hídrico. La agricultura es la actividad económica que consume mayor cantidad de agua, representando el 36 por ciento del consumo a nivel europeo y el 75 por ciento del consumo en los países mediterráneos4.
En este contexto, se viene trabajando a nivel europeo en la elaboración de un Reglamento común para el uso de agua regenerada en la agricultura. En febrero de este año la Propuesta de Reglamento Europeo para Reutilización de Aguas para Riego Agrícola (COM (2018) 337) ha sido aceptada5 por el Parlamento Europeo. Esta propuesta de normativa tiene como objetivo establecer los requisitos mínimos de calidad y control de las aguas regeneradas, y la obligación de llevar a cabo determinadas tareas clave de gestión de los riesgos para la reutilización segura de las aguas residuales urbanas tratadas en el contexto de la gestión integrada del agua, y contribuye a alcanzar los objetivos establecidos en la Directiva 2000/60/CE.
Este Reglamento permitiría regular y armonizar a nivel europeo elementos centrales del uso de agua regenerada en agricultura, otorgando la suficiente flexibilidad para que cada país lo adapte a su escenario local. En el caso de España, el RD 1620/2007 está en consonancia con esta Propuesta, lo que facilitaría su implementación una vez sea aprobado. El Reglamento propone lo siguiente:
– delimitar los requisitos mínimos que tiene que cumplir el agua regenerada para su uso en riego agrícola,
– exigir un plan de gestión de riesgos por parte del operador de la planta de regeneración,
– definir el proceso de adquisición del permiso de gestión de agua regenerada y su respectiva renovación,,
– identificar los principales actores del circuito de reutilización de agua
– definir el procedimiento de validación de las plantas que produzcan agua regenerada e instituir los indicadores para monitorear la presencia de microorganismos.
La agricultura consume alrededor del 75% del agua que se utiliza en España, siendo la actividad que más requiere de este recurso. Considerando que se trata de un territorio mediterráneo, la escasez de agua incrementa la presión sobre los recursos hídricos del país y favorece la diversificación de las fuentes de agua y la promoción de fuentes no convencionales como es el agua regenerada. Como muestra a continuación el mapa, el uso de agua regenerada en la agricultura española está focalizado en las Comunidades Autónomas de Valencia, Castilla La Mancha, Aragón y Murcia.
Uso de agua regenerada en agricultura por Comunidad Autónoma en 2016 (Fuente: INE)
Los principales beneficios6 del uso de agua regenerada en la agricultura son: el recorte de los costes vinculados con la extracción y tratamiento de agua dulce; la reducción del uso de fertilizantes debido al contenido de nutrientes que posee el agua regenerada (nitrógeno y fósforo); el incremento de la fiabilidad del suministro de agua al depender de las aguas residuales de las ciudades, cuyo volumen es estable, y no se ve afectado directamente por cuestiones como la sequía o la escasez; la menor explotación de los ríos o acuíferos; la reducción de la contaminación del agua por el menor volumen de aguas depuradas vertidas.
No obstante, su implementación también enfrenta importantes desafíos7 que tienen que tomarse en consideración. Existen desafíos vinculados con temas económicos y de infraestructura, cuya resolución está vinculada con una planificación e inversión en este sector, así como desafíos sociales, relacionados con la percepción social de los usuarios y consumidores finales ante la irrigación de productos con agua regenerada.
En el primer caso, el incremento del coste del agua para el agricultor, derivado de los tratamientos y la tecnología que requiere esta fuente de agua, puede desincentivar su utilización. El requerimiento de inversión para la infraestructura de regeneración del agua y su distribución hacia las áreas de riego y, finalmente, el coste de la energía requerida tanto para el tratamiento como la distribución del agua.
En tanto la percepción social negativa es considerada como el mayor problema para el desarrollo exitoso de proyectos de agua regenerada en agricultura. Entre los factores que provocan resistencia a su uso se identifican: el desagrado frente al origen del agua regenerada, el temor a que implique riesgos para la salud de las personas, la desconfianza de las autoridades que gestionan el recurso hídrico y la preferencia de fuentes tradicionales de agua.
Por ello, una de las claves para la implementación del uso de agua regenerada en agricultura es involucrar a la sociedad beneficiaria desde el proceso de planificación del proyecto y promover su participación durante todas las etapas. La transparencia y el diálogo directo favorecen una relación de confianza entre la comunidad beneficiaria y todos los actores vinculados con la gestión de este recurso hídrico.
En este marco, desde CECU participamos en el proyecto del Horizonte 2020 SuWaNu Europe, cuyo objetivo es la transferencia e intercambio de conocimientos y prácticas en el campo de la reutilización de agua en agricultura. Una de las prioridades del proyecto es la generación de diálogo y espacios participativos en los que se involucre a todos los actores vinculados con el uso de agua regenerada en agricultura; es decir, desde el agricultor hasta el consumidor final. Este proyecto está focalizado en la Comunidad Autónoma de Andalucía y pretende impulsar el uso de agua regenerada para irrigación, que en la actualidad no supera el 2,5 por ciento.
La actual escasez de agua, vinculada con la sobreexplotación del recurso y el impacto que está provocando el cambio climático, requiere el compromiso de toda la sociedad para promover una gestión integral del agua que sea sostenible y que garantice un suministro de agua de calidad y salubre para los usuarios. El agua regenerada es una de las alternativas que se pueden implementar para avanzar hacia ese horizonte.
CECU
Marzo 2020
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1.- https://www.elmundo.es/espana/2020/01/03/5e0e4874fdddff10a88b45d4.html
https://theobjective.com/further/esto-es-lo-que-piensan-los-espanoles-sobre-el-cambio-climatico/
2.-“Water Scarcity and droughts in the Iberian Peninsula”, WWF Report, October 2019.
3.- Po, D. Kaeercher and E. Nancarrow “Literature review of factors influencing public perceptions of water reuse” in CSIRO Land and Water Technical Report 54/03, December 2003.
4.-Source SuWaNu EUROPE project: https://suwanu-europe.eu/water-reuse-projects-europe/
5.-P8_TA(2019)0071 Requisitos mínimos para la reutilización del agua, en: https://www.europarl.europa.eu/doceo/document/TA-8-2019-0071_ES.html?redirect#title2
6.- Reutilización del agua en la agricultura: ¿beneficios para todos? FAO, 2013.
7.- Po, D. Kaeercher and E. Nancarrow “Literature review of factors influencing public perceptions of water reuse” in CSIRO Land and Water Technical Report 54/03, December 2003