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Comunicación

Pedimos que se proteja la salud de la infancia desde la alimentación

Uno de los retos más importantes para los próximos años es que todas las personas puedan tener garantizado el acceso a una alimentación adecuada. Se trata de una preocupación cada vez mayor en la población, sobre todo en lo que se refiere a la alimentación de la infancia. Sin embargo, a pesar de este creciente interés, los datos de enfermedades y trastornos alimentarios asociados a la alimentación son cada vez más habituales, especialmente en este grupo de edad. Según el Estudio Aladino 2019, “un 40,6% de las niñas y niños españoles entre 6 y 9 años tiene exceso de peso y el 76% necesitan mejorar su dieta”. Además, se observa una estrecha relación con la situación socioeconómica, siendo mucho mayor el riesgo asociado en familias de menor renta. Aunque los datos son mejores que el estudio anterior de 2015, siguen siendo excesivamente altos. 

Durante los últimos años se están dado pasos en la buena dirección. Por un lado, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) viene publicando guías y realizando campañas de concienciación, siguiendo siempre la evidencia científica. Parte de su trabajo de sensibilización y recomendaciones está dirigido a la infancia. Por otro lado, el Gobierno de España empezó a tramitar la ley para regular la publicidad de alimentos y bebidas dirigida al público infantil, que finalmente no se aprobó en la anterior legislatura. También, a nivel europeo, se ha estado debatiendo la posibilidad de implantar un etiquetado nutricional basado en la ciencia y de fácil comprensión para las personas consumidoras. Sin embargo, a nivel legislativo, estos cambios se han visto frenados en los últimos meses. Este próximo 2024 debe ser un año para proteger la salud desde la alimentación, sobre todo a los colectivos más vulnerables, reactivando los cambios normativos pendientes e iniciando otros nuevos. 

Respecto a la normativa europea, dentro de todo el paquete de Sistemas Alimentarios Sostenibles, es importante establecer un etiquetado frontal obligatorio a nivel europeo, basado en criterios científicos independientes y que sea fácilmente comprensible para las personas consumidoras.  

A nivel estatal, esperamos que se finalice con urgencia el trabajo iniciado para regular la publicidad dirigida a niñas y niños., puesto que según el último informe Aladino, cuatro de cada cinco anuncios alimentarios dirigidos al público infantil son de alimentos y bebidas no saludables Estos datos demuestran que es necesario proteger a la infancia de los reclamos de alimentos insanos a los que se ve sometida en todo tipo de espacios (televisión, redes sociales, influencers, etc). Otro de los aspectos clave que es necesario empezar a debatir es la alimentación que reciben las niñas y los niños en los comedores escolares, donde los contratos deben garantizar que se ofrezcan unos menús según las indicaciones de la AESAN: , especialmente respetar la frecuencia de consumo recomendada por las autoridades sanitarias de los diferentes grupos de alimentos, menús adaptados a las necesidades o preferencias alimentarias, supervisados por profesionales de la nutrición y que ofrezca alimentos frescos, de temporada y de proximidad. Finalmente, también esperamos que se favorezcan las opciones de alimentos saludables y sostenibles al realizar la compra, atendiendo a los aspectos clave indicados en el informe ‘La ilusión de poder elegir’, elaborado por BEUC, EPHA y Eurogroup for animals, las alternativas de alimentación saludable y sostenible sean las más disponibles, accesibles y promocionadas, así como ser más saludables y sostenibles por diseño. 

En conclusión, durante los últimos se han hecho avances, especialmente en cuanto a recomendaciones para las personas consumidoras y autorregulación para la industria alimentaria o los supermercados. Sin embargo, los avances son escasos y cargan de responsabilidad a las personas consumidoras. En esta nueva etapa que se abre a nivel estatal y europeo, esperamos que se avance en medidas regulatorias para apoyar alimentos saludables y sostenibles y conseguir que sean las opciones más accesibles para todas las personas.