- Los resultados de un sondeo realizado por CECU sobre tendencias de conductas en el consumo y sobreconsumo textil, revelan que el 76,6% de la población es conocedora de la moda rápida y la relaciona con atributos negativos y contrarios a la sostenibilidad: como moda de usar y tirar (38,9%), insostenible, contaminante (35,3%) o fabricada en condiciones injustas (32,1%).
La moda rápida ha duplicado los volúmenes de producción textil con la venta de nuevas colecciones cada dos semanas en las que encontramos ropa de baja calidad, con sustancias químicas peligrosas, fabricados con normas medioambientales y sociales deficientes, además de ser más barato adquirir una prenda nueva que repararla o comprarla de segunda mano.
La presión del mercado de la moda rápida expone a las personas consumidoras a volúmenes insostenibles de prendas: 26kg de textiles por persona se consumen en Europa, siendo una de las actividades más contaminantes de nuestro planeta y con constantes vulneraciones de los derechos de las personas trabajadoras de la industria.
La reciente Estrategia de la UE para Textiles Circulares y Sostenibles en la que se establece el objetivo de convertir los textiles sostenibles en la norma para 2030 y limitar la producción y consumo de moda rápida, es un paso necesario para frenar esta crisis pero deben aplicarse medidas urgentes que reviertan la situación actual.
Desde CECU realizamos una encuesta a 2000 personas con el objetivo de recoger sus preferencias respecto al consumo y reutilización de moda así como las medidas necesarias para alcanzar una moda sostenible.
Conducta de compra de moda rápida: calidad y precio, seguido de criterios de sostenibilidad
La mayoría de la población española (76,6%) se muestra conocedora de la llamada moda rápida o “fast fashion ”, conocimiento que aumenta significativamente entre las mujeres (80,1%) y jóvenes (85,8%), relacionándola con atributos negativos y contrarios a la sostenibilidad: como moda de usar y tirar (38,9%), insostenible, contaminante (35,3%) o fabricada en condiciones injustas (32,1%).
Entre los factores que más influyen en la decisión de compra de ropa se encuentran la calidad y el precio, seguido estrechamente por el impacto medioambiental (bastante o muy influyente para el 44,2% de la población) y el lugar en el que han sido fabricados (el 36,5%).
El aspecto de sostenibilidad al que más importancia le concede la ciudadanía al elegir una prenda de moda es que esté hecha por trabajadores y trabajadoras a los que se les paga un salario justo y digno, mencionado como más importante por el 29,8% y en alguna medida por el 66,7% de la población.
Juventud: el precio un gran impedimento
Aunque la mayoría de la población española se muestra conocedora de la llamada moda rápida se observa un aumento significativo entre la población menor de 25 años (85, 8%). Dándose la paradoja que quienes conocen la moda rápida suelen comprar en tiendas que la ofrecen (45,2%) y vemos como este porcentaje aumenta entre la juventud (menores de 35 años) (54,9%).
Sin embargo, vemos como uno de los factores más importantes en cuanto a la compra de ropa en los/las menores de 25 años es el precio de esta (un 80,4% frente al 77,3% total), las últimas tendencias (un 17,8% frente al 10,5% total) y la recomendación de los influencers (un 13,2% frente al 4,6% total), siendo todos los porcentajes anteriores mayores al porcentaje total
Hábitos de consumo sostenible y medidas necesarias
Las dos medidas consideradas prioritarias por una mayor parte de la ciudadanía son prohibir la venta de ropa que contenga sustancias químicas contaminantes y la de la venta de ropa que no sea fabricada en condiciones justas. Ambas son mencionadas por seis de cada diez ciudadanos/as (61,2% y 59,7% respectivamente) y en torno a una cuarta parte de la población las atribuye máxima prioridad (23,8% y 25,3% respectivamente).
Casi la mitad de la ciudadanía lleva a reparar una prenda de vestir cuando se rompe (52,3%). El 13,4% de la ciudadanía ha hecho trueque con la ropa que no quiere o usa y el 39,9% no, pero estarían dispuestos/as a hacerlo, lo que agregado representa a más de la mitad (53,3%).
Cuatro de cada diez ciudadanos/as han comprado alguna vez ropa de segunda mano (41,1%) y el 22,2% no pero sí lo harían, porcentajes que agregados representan al 63,3% de la población. Quienes realizan este tipo de compra lo hacen principalmente en tiendas de segunda mano (50,7%), mercadillos (37,7%) y aplicaciones, redes sociales o internet (25,4%).
Las personas consumidoras necesitamos que las instituciones garanticen el acceso, asegurando que las más vulnerables y con menos recursos puedan realizar un consumo textil más sostenibles.
Una distribución justa de los costes entre consumidoras y empresas; garantizar el respeto de los derechos de las trabajadoras, mediante una remuneración y unos puestos de trabajo justos; prohibir el uso de sustancias químicas; fomentar los mercados de segunda mano, de trueque, y la economía social y solidaria son medidas valientes que deben aplicarse cuanto antes.
Este proyecto ha sido subvencionado por el Ministerio de Consumo, siendo su contenido responsabilidad exclusiva de CECU, 2023.