- En el Día de la Biodiversidad, el próximo 22 de mayo, las organizaciones Amigos de la Tierra, Federación de Consumidores y Usuarios CECU y el Sindicato de Inquilinas de Madrid, instan a avanzar en la renaturalización urbana como herramienta frente al cambio climático.
- Las organizaciones reclaman que el derecho a la naturaleza y el derecho a la vivienda deben ir de la mano para evitar fenómenos como la gentrificación verde.
- Para garantizar el ”derecho a la naturaleza” se necesitan políticas públicas de renaturalización de los barrios y políticas de vivienda contundentes, como la regularización de los alquileres o la suspensión de los desahucios.
En el Día de la Diversidad Biológica, el próximo 22 de mayo, las organizaciones Amigos de la Tierra, Federación de Consumidores y Usuarios CECU y el Sindicato de Inquilinas de Madrid, reclamamos avanzar en una renaturalización urbana, como herramienta frente al cambio climático, que garantice barrios habitables sin importar las rentas de las personas y que no genere efectos perjudiciales para la población, como la subida de los alquileres o la gentrificación verde.
El derecho a la naturaleza se ve vulnerado de forma reiterada, a pesar de ser un derecho universal, reconocido por la Asamblea General de Naciones Unidas. El mercado inmobiliario, contrario a la justicia social y espacial, vulnera el derecho a la naturaleza en las ciudades. Las organizaciones reivindicamos que es necesario priorizar la equidad y la justicia en la renaturalización de los proyectos urbanísticos, de lo contrario se generan problemas sociales y territoriales como la ‘gentrificación verde’, tal y como sucede en diferentes barrios y municipios.
La renaturalización de los entornos urbanos es urgente para la adaptación de la población a las altas temperaturas que cada año van en aumento. Esta situación impulsará en los próximos años políticas estatales y europeas, como la futura Ley de Restauración de la Naturaleza, que, a juicio de las organizaciones, debería incluir cláusulas sociales que eviten la gentrificación verde. Si los procesos de renaturalización en las ciudades provocan la subida de precios del alquiler y la expulsión de las vecinas de sus barrios, se vulnera todavía más el derecho a la naturaleza.
De igual forma, las organizaciones recordamos que en un escenario de desigualdad, subida de precios y pobreza energética, las soluciones individuales para hacer frente a las altas temperaturas no son suficientes. Son imprescindibles políticas públicas que protejan a las comunidades frente a los intereses privados y que, con ello, garanticen el derecho a la naturaleza y a la vivienda, en definitiva, barrios habitables.
Por ello, desde Amigos de la Tierra, CECU y el Sindicato de Inquilinas de Madrid, reclaman impulsar políticas de renaturalización, a la vez que medidas que garanticen que la vivienda sea un derecho universal:
- Equilibrar tanto la cantidad como el mantenimiento de las áreas verdes a nivel de barrio en cada municipio.
- Promover la renaturalización y buen uso de los hábitats urbanos y periurbanos, incluyendo la categorización particular de zonas verdes no reconocidas, como los huertos urbanos o los espacios comunitarios informales.
- Destinar suelo dotacional e inmuebles infrautilizados al establecimiento de una red de refugios climáticos.
- Regular de forma real y efectiva el precio del alquiler en todo el territorio para garantizar alquileres dignos y estables para toda la población.
- Intervenir urgentemente el mercado del alquiler turístico y de temporada por sus impactos ecosociales y la destrucción de los entramados comunitarios que genera.
- Prohibir los desahucios sin alternativa habitacional digna.
El buen estado de la biodiversidad está estrechamente ligada a nuestra calidad de vida, pues de esta depende la producción de alimentos, la polinización de los cultivos, o la regulación de las temperaturas. Por ello, la protección de la biodiversidad no es solo una cuestión ética, sino que de ella depende la propia supervivencia humana, tanto en el medio rural, como en las ciudades.