Actualmente, en Europa todos los productos alimentarios deben estar etiquetados con información esencial para las personas consumidoras, siendo además precisa, fácil de ver y de entender, no engañosa e indeleble.
Sin embargo, este año 2023 tendría que haber servido para al menos empezar a discutir las bases sobre un cambio en el etiquetado que permitiera entender más fácilmente su calidad nutricional. La Comisión Europea tenía “previsto presentar una propuesta a finales de 2022 para desarrollar un etiquetado nutricional en la parte delantera de los envases obligatorio y armonizado y el establecimiento de perfiles nutricionales para poder restringir la promoción de alimentos con alto contenido en, por ejemplo, sal, azúcares y grasas.” (Fuente: AESAN)
De todos modos, esta propuesta no llegó a producirse a finales de 2022 y tampoco a lo largo de todo este año 2023, a pesar de estar incluida dentro de la estrategia europea ‘De la granja a la mesa’. Desde nuestra organización europea BEUC se ha pedido a la Comisionaria Kyriakides no dejar de lado esta propuesta de etiquetado nutricional frontal, por considerar que es la mejor alternativa para ofrecer información útil y precisa a las personas consumidoras para que puedan realizar decisiones de compra mejor informadas.
En CECU criticamos que la Comisión Europea no haya hecho avances durante este año y pedimos que se retome esta iniciativa durante el próximo año 2024. Las personas consumidoras necesitan de un etiquetado fácilmente comprensible y basado en criterios científicos independientes para optar por una alimentación saludable.