Las organizaciones abajo firmantes estamos profundamente preocupadas por la perspectiva de que el Reglamento de la UE sobre productos libres de deforestación (EUDR) se utilice como excusa para ratificar el Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea (UE) y Mercosur (Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay).
Un examen de las relaciones comerciales UE-Mercosur revela que dos tercios de las importaciones de la UE consisten en recursos agrícolas y minerales. La UE importa materias primas anualmente de países del Mercosur con una huella de deforestación de 120.000 hectáreas, y se ha demostrado que los flujos comerciales de la UE están relacionados con la violencia contra las comunidades locales. El acuerdo comercial otorgará cuotas arancelarias preferenciales a productos como carne, azúcar, arroz y bioetanol, y reducirá los aranceles a la exportación de soja y biodiesel a base de soja. De esta manera, el acuerdo perpetuaría el papel de los países del Mercosur como proveedores de materias primas y productos básicos para la UE al tiempo que aumentaría la deforestación, las emisiones de gases de efecto invernadero, así como los conflictos por la tierra y los derechos humanos en América del Sur. Por lo tanto, el borrador actual del Acuerdo de Asociación UE-Mercosur no debe ser ratificado. Ni el “Instrumento Conjunto UE-Mercosur”, actualmente en negociación sin transparencia, ni el EUDR evitarán los impactos sociales y ambientales negativos del acuerdo comercial.
Los países de la UE y Mercosur han estado negociando un acuerdo comercial, intermitentemente, durante más de 20 años. Las Partes acordaron el contenido en junio de 2019, pero la ratificación se suspendió debido a las protestas de la sociedad civil; oposición de los gobiernos, parlamentos y el Parlamento Europeo de la UE; advertencias de científicos sobre la deforestación y los incendios forestales que asolaron Brasil; y las políticas ambientales y de derechos humanos nocivas de Jair Bolsonaro.
Desde la elección de Luiz Inácio Lula da Silva como presidente de Brasil, quienes están a favor del acuerdo comercial han estado presionando agresivamente para que se ratifique. Durante un diálogo con la Comisión de Comercio Internacional del Parlamento Europeo, el comisario Valdis Dombrovskis dijo que la EUDR, junto con el instrumento adicional, “puede desempeñar un papel significativo para abordar los desafíos de sostenibilidad en la región”.
Si bien el EUDR es un hito en la lucha contra la deforestación y debe implementarse con fuertes mecanismos de aplicación lo más rápido posible, omite algunos elementos particularmente preocupantes que significan que el Acuerdo podría aumentar el comercio de productos que impulsan la deforestación con los países del Mercosur. Estas incluyen:
- Los bosques son el único ecosistema incluido en el alcance de la EUDR a pesar del daño que la agricultura industrial está causando en el Cerrado, el Chaco y el Pantanal, también críticos para evitar el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y garantizar medios de vida sostenibles. Los incentivos comerciales para el azúcar, el etanol, la carne de vacuno y la soja en virtud del Acuerdo de Asociación UE-Mercosur, en forma de aranceles reducidos/eliminados y cuotas aumentadas, solo agravarán la deforestación, las emisiones de gases de efecto invernadero, la violencia y las violaciones de los derechos humanos en estos biomas.
- EL EUDR solo cubrirá siete productos básicos (aceite de palma, soja, café, cacao, madera, ganado y caucho) y algunos productos derivados. Omite otros productos básicos que son grandes impulsores de la deforestación en los países del Mercosur, como la caña de azúcar, las aves de corral y el maíz, y sus productos derivados.
- EL EUDR no incluye disposiciones estrictas para proteger los derechos territoriales de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales, quienes son los mejores guardianes de los bosques. Las empresas solo tendrán que verificar el cumplimiento de derechos como el Consentimiento Libre, Previo e Informado (CLPI), si están recogidos en la legislación pertinente del país de producción. En Brasil, hemos visto las consecuencias mortales de esto: la administración de Bolsonaro atacó implacablemente los derechos de los Pueblos Indígenas, mientras la deforestación se aceleraba en la Amazonía. No hay garantía de que esto no se repita en el futuro.
- El EUDR no incluye obligaciones para el sector financiero. El Acuerdo de Asociación UE-Mercosur liberalizará aún más los servicios financieros, lo que facilitará que los bancos europeos operen y faciliten la inversión en los países del Mercosur, y viceversa. El papel de los bancos e inversores de la UE en la financiación de la deforestación está bien documentado, y facilitar que estos actores operen en los países del Mercosur podría aumentar la amenaza para los bosques y las tierras de comunidades indígenas y locales.
Por último, nos gustaría plantear nuestra preocupación por la falta de coherencia política de la UE. Ya es el segundo mayor importador mundial de deforestación global e investigaciones recientes han demostrado que la implementación del actual Acuerdo de Asociación UE-Mercosur aumentaría la deforestación en al menos un cinco por ciento al año, debido al aumento en el comercio de productos agrícolas y materias primas, cuya producción conduce a la deforestación y exacerbaría las condiciones que promueven el acaparamiento de tierras.
Para cumplir el objetivo de la UE de detener la deforestación, todas las políticas de la UE deben trabajar juntas de manera coherente para lograr un impacto positivo en los bosques y las comunidades forestales. El Acuerdo de Asociación UE-Mercosur irá activamente en contra de la política medioambiental de la UE.
Hacemos un llamado a los políticos de la UE para que apoyen la implementación de la EUDR, pero no para que usen esa implementación como una razón para ratificar el Acuerdo de Asociación UE-Mercosur en su forma actual.