- En la Semana Europea de la Movilidad, la organización pide mejoras estructurales en el sistema de transporte público para hacer frente a este problema social
Con motivo de la Semana Europea de la Movilidad, que se celebra cada año del 16 al 22 de septiembre, desde la Federación de Consumidores y Usuarios CECU hacemos un llamamiento para la incorporación del concepto de “pobreza de transporte” como elemento articulador de las políticas de movilidad. Avanzar en la definición de este concepto es clave para identificar todos los factores que generan problemas de movilidad y avanzar en el diseño de políticas que garanticen este derecho a todas las personas.
Según el Parlamento Europeo, la pobreza en el transporte consiste en la dificultad o imposibilidad de realizar actividades esenciales, como acceder a servicios sanitarios, educativos o laborales, y participar plenamente en la sociedad como consecuencia de una falta de opciones de transporte. Esta dificultad de desplazarse está relacionada no solo con la incapacidad de hacer frente a los costes, sino también con la insuficiencia de las frecuencias del transporte público en determinadas zonas, la calidad del mismo, la falta de conexiones entre diferentes medios o las limitaciones derivadas de las condiciones geográficas.
Para hacer frente a este problema es vital mejorar el sistema de transporte público para que sea accesible y asequible para todas las personas. Los datos demuestran que cuando se facilita el acceso al transporte público, en este caso rebajando los precios, se incrementa el número de pasajeros. Según datos de Renfe, entre mayo y agosto de este año, se han utilizado 1,68 millones de títulos de Cercanías y Rodalies, 519.000 a abonos de Media Distancia y 129.000 bonos Avant bonificados al 50%. A día 1 de septiembre se había expedido algo más de 240.000 nuevos abonos gratuitos (140.000 de Cercanías y 100.000 de Media Distancia). Es vital, por ello, que el Gobierno no solo mantenga los descuentos y ayudas al transporte público sino que las incremente, para asegurar el acceso a toda la población y fomentar la movilidad sostenible.
La mejora del transporte público pasa también por ampliar frecuencias y destinos, en primer lugar, mediante la rehabilitación de antiguas estaciones y líneas cerradas. Es necesario también implementar medidas para potenciar la intermodalidad, es decir, la conexión entre diferentes medios de transporte, no solo dentro de nuestro país, sino también a nivel europeo. La creación de un billete o abono único para todos los transportes, gratuito para las personas o familias más vulnerables, facilitaría estas conexiones y abordaría en gran medida el problema de la pobreza de transporte.
Las causas de la pobreza de transporte van más allá del nivel de renta. Existen muchas zonas que, por sus condiciones geográficas o sociodemográficas, están aisladas y no cuentan con servicio de transporte público. La incorporación de este concepto al diseño de las políticas de movilidad contribuiría a identificar mejor estos problemas específicos y a desarrollar estrategias más efectivas para su abordaje, con un enfoque desde la justicia social.