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Comunicación

Rebajas de enero: cómo identificar las trampas

Las rebajas de enero son una fecha clave de compras para muchas personas consumidoras y un momento donde en general encontramos un alto consumo de bienes. Ante este momento del año, que no siempre implica necesariamente compras con un ahorro real, ayudamos a identificar las principales técnicas usadas por empresas para inducir a engaño y fomentar el consumo 

La primera de ellas que analizamos son los Dark Patterns, en español, patrones oscuros. Y, aunque no todas los conozcamos por su nombre, los hemos sufrido. Estos se refieren a esos mensajes que aparecen en muchas páginas webs presionándonos para comprar bajo el miedo de perder una buena oferta. Son mensajes que nos indican las pocas unidades o plazas que quedan, el poco tiempo que durará la oferta, que esta pueda cambiar en minutos, el número de personas que están interesados en la misma oferta, o cualquiera otro que nos presione para que no dejemos escapar una oferta, incluso haciéndonos sentir mal por no aprovecharla. Estas prácticas podrían calificarse como engañosas y desleales con las personas consumidoras, ya que trata de manipular nuestro comportamiento económico con mensajes que, en muchos casos, no son ciertos. 

Por su parte, la AEPD ha publicado un informe sobre los patrones adictivos que utilizan muchas páginas webs para prolongar el tiempo que las usuarias permanecen en sus páginas o para incrementar su nivel de compromiso y la cantidad de datos personales que se recogen sobre ellas. Esto favorece que compremos de forma innecesaria, incluso crear perfiles de usuarias con sus preferencias y generar publicidad dirigida. 

Además de lo anterior, en épocas o fechas señaladas de grandes rebajas, las personas consumidoras están expuestas a ofertas engañosas, como ha acreditado el Ministerio de Servicios Sociales, Consumo y Agenda 2030, que señala que el 70% de las rebajas en el comercio electrónico durante el último Black Friday eran falsas o engañosas. Y todo ello sin perjuicio de las estafas que habitualmente podemos encontrar en internet. 

En este escenario, muchas personas consumidoras tienen dudas sobre si en estas fechas de grandes rebajas, sus derechos también están rebajados. La respuesta es clara: no. 

Las rebajas, legalmente significan ofertar los mismos productos que ya se encontraban a la venta en un establecimiento o web, a un precio inferior; por lo tanto, se mantienen los mismos derechos que tenemos en cualquier época del año.  

Para que podamos hablar de rebajas, los productos deben haber estado en venta, al menos, durante los últimos 30 días. Además, en la oferta debe reflejarse el precio más bajo que tuvo el producto en esos últimos 30 días, junto con el precio al que se oferta con motivo de las rebajas. 

Derechos de las consumidoras 

Y, ¿Cuáles son estos derechos? 

Principalmente podríamos destacar los siguientes: 

  • Información general. Como en cualquier tipo de venta, el vendedor, además de facilitar sus datos, debe informar sobre las características y calidades del producto; su forma de uso y las advertencias relacionadas. En caso de bienes con elementos digitales, contenido digital o servicios digitales, se debe informar sobre su funcionalidad, interoperabilidad, y compatibilidad.El vendedor también debe informar sobre los medios de pago, plazos de entrega, la duración del contrato, los mecanismos de reclamación y sobre los derechos de garantía y, en su caso, de desistimiento. 
  • Precio. Como decíamos, en el producto o servicio debe aparecer el precio anterior, el más bajo al que fue ofertado en los últimos 30 días, y el precio al que se ofrece en rebajas. En el precio final debe aparecer la información todos los gastos y recargos que implique la compra o contratación, de manera desglosada. Además, entregarse un justificante del contrato y del pago. Las condiciones de la oferta son vinculantes y, en caso de que alguna condición de la misma no hubiera podido ser conocida por la persona consumidora de forma previa al contrato, no serán de aplicación. 
  • Garantía. El derecho de garantía nos permite exigir la reparación o la sustitución de un producto defectuoso o que no se ajusta a las características de la oferta si esto se manifiesta dentro del plazo de tres años desde la entrega, en el caso de bienes, y de dos años en el caso de contenidos o servicios digitales. En los productos de segunda mano, se podrá imponer un plazo menor siempre que se recoja expresamente en el contrato y del que se haya informado previamente, pero que no podrá ser inferior a un año. El ejercicio de este derecho no podrá conllevar ningún gasto para la persona consumidora.
  • Desistimiento. El derecho de desistimiento nos permite devolver el producto sin causa o justificación alguna, en el plazo de 14 días desde que lo recibimos y sin coste alguno, salvo que el vendedor hubiese informado de forma previa a la compra que el comprador correrá con los gastos de devolución. Este derecho solo es exigible en caso de comercio online, comercio fuera de establecimiento mercantil y, en caso de compras en un establecimiento físico, cuando el propio vendedor nos otorgue ese derecho por política comercial.  Si el vendedor nos permite cambiar el producto por otro o por un vale, nos deberá informar sobre su política de devoluciones. 
  • Plazo de entrega. El vendedor está obligado a entregar lo que hayamos comprado en el plazo establecido. Si no hay plazo de entrega previsto, esta deberá realizarse en un plazo máximo será de 30 días. En caso de incumplimiento, podremos acordar con el vendedor un nuevo plazo, o resolver el contrato, sin penalización alguna. 
  • Derechos previos. En caso de que un establecimiento, en periodos normales de venta, otorgue a las personas consumidoras ciertos derechos: opciones de pago, su política de devoluciones, reembolsos, vales, garantías adicionales, etc., debe mantenerlos durante las rebajas. 
  • Reclamar. Si hemos sido víctimas de algún fraude o estafa, o nos deniegan el ejercicio de nuestros derechos, podremos reclamar ante la entidad responsable. El propio vendedor nos deberá informar sobre los mecanismos de reclamación con los que contamos. Es importante señalar que muchos comercios online están adheridos a mecanismos alternativos de resolución de conflictos, y que, en caso de tener que judicializar nuestra reclamación, si el valor de esta no supera 2000 euros, no necesitaríamos abogado ni procurador.  No obstante, aconsejamos acudir a las asociaciones de consumidores. Un buen asesoramiento y una buena reclamación puede evitar tener que acudir a los juzgados.