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Comunicación

Un 85 % de los hogares en España con cocina de gas superan los niveles de contaminación de dióxido de nitrógeno

  • Un estudio realizado a nivel europeo, en el que han participado aproximadamente 250 hogares de siete países, constata que en la mayoría de los hogares con cocinas de gas se superan con frecuencia los límites de referencia para el NO2 recomendados por la OMS
  • CECU señala que se trata de un problema de salud pública invisible y recuerda que la transición hacia las cocinas eléctricas supone una necesidad imperiosa para reducir la contaminación del aire interior de los hogares
  • CECU reclama a los gobiernos y a la Comisión Europea que establezcan una legislación con límites claros y obligatorios en favor de la salud de los ciudadanos en sus propias casas

La Federación de Consumidores y Usuarios CECU ha mostrado su honda preocupación por el alcance de los resultados de un reciente estudio realizado a nivel europeo por el grupo de eficiencia energética de CLASP, una organización sin ánimo de lucro, donde se constata que en el caso de España un 85% de los hogares con cocinas de gas supera los límites de dióxido de nitrógeno (NO2) establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el aire exterior. Este elevado porcentaje resulta significativamente mayor en comparación con los hogares con cocinas eléctricas.

Estos preocupantes datos que refleja dicho estudio, acometido en unos 250 hogares de siete países (Países Bajos, Italia, España, Francia, Eslovaquia, Rumanía y Reino Unido), el más amplio realizado hasta ahora en Europa en su categoría, pone de manifiesto la urgente necesidad de considerar opciones de cocción más limpias y seguras para la salud de las personas y del medio ambiente. De hecho, más de 700.000 niños de la UE han sufrido síntomas de asma en el último año debido a las cocinas de gas, según otro estudio de CLASP.

A pesar de que en España se utiliza mayoritariamente la cocina eléctrica, un tercio de los hogares españoles podría aún estar usando cocinas de gas. La preocupación por las conclusiones de este estudio se centra en el NO2, un contaminante que superó los límites recomendados en la mayoría de los hogares con cocina de gas durante el período de estudio. “Se concluye que el cambio en los hogares hacia las cocinas eléctricas no es solo una opción más segura, sino también un paso crucial para un ambiente interior más saludable para las personas”, señala Soledad Montero, responsable de energía de CECU.

Como resultado de esta exposición, las personas que cocinan con cocinas de gas, debido a este elevado índice de contaminación de dióxido de nitrógeno; y, especialmente, las más vulnerables o con enfermedades preexistentes, pueden ver agravados sus síntomas o sufrir problemas de salud inmediatos, principalmente respiratorios: asma, tos, sibilancias, dificultad respiratoria…

El estudio, que en el caso de España ha dispuesto de una muestra de 34 cocinas, 15 de ellas con sistema de gas y 19 con placas eléctricas, también revela que los niveles de NO2 en los salones de hogares con cocina de gas eran considerablemente más altos. Mientras que el 77% de estos hogares superó las directrices horarias de la OMS y el 69%, los límites de la UE, ningún hogar con cocina eléctrica excedió dichos límites, destacando así la eficacia de las cocinas eléctricas para mantener un aire interior más limpio.

Un problema de salud pública invisible
La mayor parte de las personas consumidoras desconoce los riesgos para la salud asociados al uso del gas en la cocina debido a la naturaleza invisible de la contaminación. Sin embargo, una encuesta de consumidores realizada también por CLASP como parte del estudio reveló que la mayoría de los encuestados (entre el 58% y el 74%) se plantearía deshacerse de sus cocinas de gas si supieran que existe un riesgo para la salud.

Por eso CECU lidera la campaña En la cocina sin gas donde se pueden encontrar los resultados del estudio de CLASP y recomendaciones, y hace un claro llamamiento para que “respirar aire limpio en interiores sea un derecho fundamental”. En este sentido, Montero reconoce que “la transición a la cocina eléctrica es una necesidad imperativa para proteger este derecho. Las cocinas de gas liberan contaminantes nocivos que pueden tener graves efectos en la salud. Por lo tanto, cambiarlos por opciones eléctricas es una medida esencial para mejorar la calidad del aire interior y proteger la salud de los ciudadanos. El aire limpio comienza en casa y la contaminación del aire que respiramos es una amenaza de salud pública. Corresponde a nuestras administraciones públicas protegernos de ella y tomar medidas proactivas para evitarlas”.

Legislación de la UE
En este sentido, CECU insta a una acción gubernamental urgente para afrontar esta problemática. “Las directrices de la OMS no son vinculantes y no hay una normativa europea que determine los niveles de contaminación del aire interior. La Comisión Europea debe, por tanto, establecer legislación con límites claros y obligatorios para las emisiones contaminantes de las cocinas y promover un diseño más ecológico de los electrodomésticos”, dicen.

A su vez, también constatan que el papel de los fabricantes de electrodomésticos es fundamental en el compromiso de producir y vender cocinas y hornos menos contaminantes. Para ello, desde esta organización en favor de los derechos de los consumidores y usuarios, “la concienciación pública es clave y es responsabilidad de todos —gobierno, industria, medios de comunicación y sociedad civil— informar y educar sobre los riesgos asociados con la cocina de gas y las alternativas más seguras disponibles”.
A su vez, coincidiendo con la presidencia española de turno del Consejo Europeo, desde CECU consideran que “es un buen momento para incluir una propuesta de límites de contaminación del aire respaldados por estudios científicos actualizados y por las recomendaciones de la OMS tanto para el aire exterior como el interior, así como un mejor acceso y transparencia de la información sobre la calidad del aire”.

Finalmente, CECU, respaldada por los resultados de esta investigación, llama a una acción coordinada y consciente a nivel nacional y europeo para proteger la salud de los ciudadanos y asegurar un futuro más seguro y sostenible para las generaciones venideras. “La calidad del aire que respiramos en nuestros hogares es un asunto de salud pública que requiere una respuesta decidida y eficaz. Es momento de actuar para garantizar un ambiente interior más saludable para todos”, concluyen.

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