Según la página de Red Alerta española del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, estos son los principales riesgos que pueden provocar algunos productos de venta en Halloween:
Disfraces, pelucas, máscaras, caretas, barbas y bigotes y otros complementos, al ser fácilmente inflamables.
Disfraces para menores por llevar cordones a la altura del cuello y poder provocar ahogamiento o su presencia en cintura o brazos, de longitud superior a la permitida, y causar lesiones. Algunos disfraces también pueden contener piezas pequeñas que se desprenden con facilidad y pueden provocar asfixia.
Máscaras, infantiles y de adultos, por el riesgo de asfixia debido a la insuficiente ventilación para respirar; riesgo por lesiones derivadas de quemaduras por combustión de los materiales con los que han sido fabricadas o por intoxicación, debido a la presencia de componentes tóxicos.
Juguetes (pistolas, espadas, arcos…) al desprenderse piezas pequeñas que pueden provocar asfixia. Algunos de los juguetes citados son incluidos en la Red de Alerta por riesgo de lesiones a causa de la fuerza del disparo. En ocasiones, el peligro se encuentra en el propio envoltorio (bolsa) de plástico que contiene el producto, ya que podría provocar asfixia al ser manipulado por los menores.
Complementos como diademas luminosas, por el riesgo de atragantamiento al ser las pilas fácilmente accesibles o por riesgo de causar lesiones, debido a la toxicidad de las mismas.
Maquillaje que puede contener componentes o ingredientes que causen alergias o reacciones adversas.
Cuando se detecta la inseguridad de algunos productos y se comprueba que no cumplen la normativa exigible en materia de seguridad, las autoridades pueden ordenar su retirada del mercado o adoptar medidas para impedir su comercialización. Pese a ello, podría ser que algunos de esos productos sigan a la venta en algún establecimiento y/o comercializándose por internet. No hay que bajar la guardia. En caso de detectar la presencia en el mercado de un producto inseguro, se debe poner en conocimiento de la Dirección General de Consumo de la comunidad autónoma de residencia. La colaboración de los consumidores siempre es importante.
¿Qué precauciones debemos tomar?
Disfraces: los destinados a menores de 14 años se consideran juguetes, por lo que el etiquetado debe incluir, entre otros requisitos: nombre y marca del producto; datos de identificación del fabricante, importador o distribuidor; instrucciones y advertencias de uso y el marcado CE.
Recordemos que, sean para adultos o para niños, la información del etiquetado debe estar, al menos, en castellano. Es una obligación legal inexcusable. Los disfraces de adultos deben disponer del mismo etiquetado que el de la ropa de uso común e incorporar información en materia de seguridad cuando exista riesgo.
Máscaras y pelucas: además de incluir un etiquetado completo y en castellano, es importante comprobar que las máscaras tengan orificios adecuados para poder respirar. Los artículos que sean inflamables deberán llevar una advertencia en ese sentido.
Maquillaje y lentillas: en el caso del maquillaje, para evitar posibles alergias o reacciones adversas, debemos comprobar que aparezcan en el etiquetado los componentes o ingredientes y las instrucciones de uso. Han de extremarse las precauciones de compra al ser productos que están en contacto con la piel, por lo que deben adquirirse solo en establecimientos o webs de confianza. No merece la pena arriesgar salud por precio.
Es recomendable adquirir las lentillas decorativas (sin finalidad correctiva) bajo la supervisión de un profesional cualificado y verificar que incluyan un etiquetado completo con instrucciones de uso. En caso de que se adquieran productos inseguros el riesgo de que produzca daños es muy alto.
Complementos: extremar las precauciones en los complementos para menores, asegurándonos de que no contengan partes punzantes ni piezas pequeñas que puedan desprenderse con facilidad y ser ingeridas (ventosas en dardos, flechas o pilas de botón).
Comparar precios y adquirir los productos en establecimientos y canales de confianza. Se debe conservar el tique de compra, al ser necesario para cualquier reclamación.
Leer todas las advertencias e instrucciones de uso. Observar las recomendaciones de edad en los productos dirigidos a menores. También las advertencias del fabricante o responsable del producto relacionadas con la seguridad.
Si se detecta un disfraz, complemento, maquillaje o juguete inseguro, lo apropiado es comunicarlo a las autoridades de consumo de la zona de residencia y a las asociaciones de consumidores.
No deben comprarse nunca falsificaciones. El etiquetado de una falsificación será, casi con total seguridad, tan falso como el propio producto.