- Organizaciones sociales, ambientales, de consumidores y agrarias se han reunido durante el pasado fin de semana en Jaca en las Jornadas “Ruralismo o barbarie” con el fin de debatir y promover alianzas para trabajar conjuntamente por un modelo alimentario más justo, sostenible y respetuoso con el mundo rural.
- Los debates giraron en torno a la relevancia de la defensa del territorio frente a los extractivismos, como los megaparques de energías renovables o las macrogranjas, la precariedad laboral del sistema agroalimentario industrial, la importancia de garantizar unos precios justos para las personas agricultoras y consumidoras, así como la potencialidad de la agroecología y el feminismo como soluciones al modelo alimentario globalizado.
Organizaciones sociales, ambientales, de consumidores y agrarias se han reunido durante el pasado fin de semana en Jaca (Huesca), en las Jornadas “Ruralismo o barbarie” con el fin de debatir y promover alianzas para trabajar conjuntamente por un modelo agroalimentario más justo, sostenible y respetuoso con el mundo rural.
En dichas jornadas se han reunido representantes de colectivos que defienden un sistema
de producción de alimentos que garantice la obtención de una renta justa para las personas productoras, vele por el cumplimiento de los derechos laborales de las trabajadoras agrarias, sea respetuosa con la preservación del medio ambiente y promueva un adecuado acceso a alimentos saludables para el conjunto de la población española.
Entre las cuestiones abordadas, cobraron especial relevancia la defensa del territorio frente a los extractivismos, como los megaparques de energías renovables o las macrogranjas, la precariedad laboral del sistema agroalimentario industrial, la importancia de garantizar unos precios justos para las personas agricultoras y consumidoras, así como la potencialidad de la agroecología y el feminismo como soluciones al modelo alimentario globalizado.
En el encuentro celebrado en Jaca (Huesca) participaron personas venidas de todo el
territorio español, lo que permitió tener un diagnóstico representativo de las principales problemáticas que asolan el medio rural y la producción de alimentos.
Blanca Ruibal, Coordinadora de Amigos de la Tierra: “En el medio rural se hallan muchas de las soluciones a la crisis ecológica y social que vivimos. Es necesario promover las iniciativas económicas locales, la agroecología, poner freno a la ganadería industrial y poner en valor el papel de las mujeres rurales en la protección y vertebración del territorio. La producción de alimentos sanos y respetuosos con el entorno es clave para garantizar ciudades y pueblos vivos”.
David Sánchez, Director de la Federación de Consumidores y Usuarios CECU: “El acceso a alimentos suficientes, sanos y sostenibles es un derecho humano universal que debe estar garantizado. Para ello, estas opciones de consumo deben ser las de más fácil acceso por disponibilidad y precio para cualquier persona, y es la obligación de las administraciones públicas garantizar este derecho. Para alcanzar este objetivo, es fundamental trabajar en red con el resto de colectivos y organizaciones que apuestan por otro modelo alimentario”.
Andoni García, miembro de la Ejecutiva de la Coordinadora de Organizaciones de
Agricultores y Ganaderos (COAG): «Frente a los múltiples retos que afronta el sector agrario, es fundamental encontrar espacios de reflexión e intercambio con las organizaciones sociales que apuestan por un cambio en el modelo agroalimentario. Desde COAG apostamos por colaborar para buscar soluciones que garanticen precios justos para consumidores y agricultores, y que permitan avanzar a un modelo de agricultura social, familiar y sostenible”.
Jordi Menéndez, responsable del Departamento de Cooperación Norte de Justicia
Alimentaria: «Defender una alimentación con derechos sociales, laborales y ambientales y la defensa del territorio frente a la nueva oleada de proyectos liderados por grandes empresas como los parques energéticos y las magrocranjas, es la única solución para asegurar la soberanía alimentaria”.
Miriam Tello, presidenta de Asociación Hacendera: “Desde nuestra organización llevamos más de dos años trabajando intensamente contra la instalación de un proyecto de macroganaderia industrial de 23.520 vacas lecheras que sería, como mucho, el mayor de Europa. Este modelo acaba con la vida de los pueblos, contamina las aguas, el suelo y el aire. Genera fractura social, problemas de salud e hipotecan al futuro y el desarrollo sostenible de la zona».