Utilizar un tracker de salud para reducir la prima de seguro, recibir anuncios que se basen en nuestros comportamientos, estar expuestos a un software que reconozca nuestras emociones y escuche nuestras conversaciones… ¡bienvenidos al nuevo mundo de la economía de la vigilancia!
La vigilancia comercial ya es un hecho. Todo lo que hacemos (a dónde vamos, lo que nos gusta y lo que consumimos) está siendo monitoreado por empresas en un intento de influir en nuestras elecciones y decisiones. Sin embargo, esta situación podría empeorar. En efecto, a pesar de que la mayoría de las personas consumidoras se oponen a este tipo de prácticas -como sería el caso de los anuncios de comportamiento-, resulta casi imposible no ser rastreado, perfilado y dirigido con fines comerciales en el mundo digital. Si no les ponemos fin, es probable que empeoren gracias al despliegue de sistemas de IA.
Con el fin de mostrar lo invasivas que son y podrían llegar a ser las prácticas de vigilancia comercial, nuestra Organización Europea de Consumidores (BEUC) ha hecho un vídeo que representa una versión humorística de la economía de la vigilancia.
A través del vídeo #StopCommercialSurveillance, BEUC pide que la UE tome medidas para construir una sociedad digital más justa y respetuosa con la privacidad. CECU se adhiere a dicho pedido.
