- La aprobación del decreto depende del acuerdo entre Agricultura y Consumo, que mantienen posturas enfrentadas acerca de la regulación de la publicidad, una de las medidas prioritarias del Plan de Reducción de la Obesidad Infantil, aprobado por el Gobierno en 2022.
- Cuatro de cada cinco anuncios alimentarios dirigidos al público infantil son insanos y un menor en España recibe más de 1000 impactos al mes de esta publicidad.
- Los actuales precios desorbitados de la alimentación saludable propician una migración aún mayor hacia alimentos insanos y ultraprocesados, especialmente en familias desfavorecidas.
Tras las últimas declaraciones del Ministerio de Consumo, afirmando que el decreto que debe regular la publicidad infantil está paralizado debido a un bloqueo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, las organizaciones de la Alianza por una Alimentación Saludable piden una reunión al ministro Planas para desbloquear este proceso y que el decreto pueda aprobarse antes de que acabe la legislatura.
En marzo de 2022, el Ministerio de Consumo aprobó el borrador del real decreto que regula la publicidad de alimentos insanos dirigida al público infantil. La norma pasó todas las etapas legales previstas (incluida la de trámite y audiencia pública y la revisión de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia – CNMC) hasta llegar a la de aprobación por parte del Consejo de Ministros. Sin embargo, la tramitación del texto sigue bloqueada y el Plan Normativo Anual del Gobierno para 2023 no incluye este decreto, que sí estaba incluido en el Plan para 2022.
Según ha declarado Luis Planas, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, él apuesta por la autorregulación. Ahora mismo, la publicidad de alimentos dirigida a menores está sujeta al Código PAOS, un mecanismo de autorregulación que incluye una serie de normas éticas de cumplimiento voluntario sobre el diseño de los anuncios, pero no contempla el perfil nutricional de los productos, desoyendo las recomendaciones de científicos, consumidores, y organizaciones como Unicef y OMS, y la exigencia de la Directiva de Comunicación Audiovisual de establecer una regulación que proteja de forma eficaz a los menores.
Para que industria alimentaria no siga publicitando sin control alimentos insanos, como está pasando ahora, vulnerando sistemáticamente los derechos de la infancia, es necesaria una norma de rango legal y obligado cumplimiento. Así pues, bloquear el real decreto de regulación de la publicidad alimentaria supone renunciar a una de las herramientas más eficaces y necesarias para proteger la salud de la infancia, y de carácter prioritario, tal como quedó recogido en el Plan Estratégico Nacional para la reducción de la obesidad infantil aprobado en 2022 por el Gobierno.
El consenso es unánime al respecto: la Organización Mundial de la Salud, UNICEF, numerosas asociaciones científicas y de profesionales de la salud, la nutrición y la educación, organizaciones de consumidores y consumidoras y la inmensa mayoría de la población española apoyan la medida. Además, varios países, entre ellos algunos de nuestro entorno cercano, como el Reino Unido o Portugal, han impulsado medidas similares, que se están mostrando efectivas para proteger a los menores.
El informe Aladino 2019 muestra que un 40,6 % de la población infantil padece exceso de peso, «una de las prevalencias más altas del mundo». La diabetes infantil y los trastornos alimentarios se están disparando en nuestro país. Además, los niños y las niñas que padecen obesidad presentan mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares en la edad adulta, junto con problemas osteoarticulares y renales y varios tipos de cáncer.
El alejamiento de las dietas saludables por parte de la población infantil es un hecho constatado por todos los estudios, así como que el impacto de la publicidad en los hábitos de consumo infantil es demoledor. Cuatro de cada cinco anuncios alimentarios dirigidos al público infantil son insanos, lo que se traduce en que un niño o una niña del Estado español recibe de media más de 1000 impactos publicitarios al mes de alimentos insanos por diferentes canales publicitarios, principalmente televisión, internet, exteriores y eventos deportivos.
Asimismo, con los actuales precios desorbitados de la alimentación saludable, se fomenta una migración aún mayor hacia alimentos insanos y procesados, ya que son los que menor incremento de precio han sufrido, un fenómeno especialmente acusado en las familias con menor renta, ya de por sí mucho más castigadas por las enfermadas asociadas a la alimentación insana.
Impulsada por la Alianza por una Alimentación Saludable, la demanda propuesta para regular la publicidad de alimentos y bebidas insanas ha recibido el apoyo de cerca de un centenar de organizaciones de la sociedad civil.