La Federación de Consumidores y Usuarios CECU se suma a la conmemoración del Día Mundial de la Alimentación que se celebra el 16 de octubre
En el Día Mundial de la Alimentación, CECU se une al lema de la FAO: ‘No dejar a nadie atrás’. La alimentación está considerada un derecho humano: todas las personas deben tener acceso a una alimentación de calidad, en cantidad suficiente y, además, que sea aceptable culturalmente.
A pesar de que se estima que 800 millones de personas pasan hambre en el mundo, el 30% de todo el alimento producido a escala mundial se despilfarra. El impacto que esto provoca es enorme también para la economía y para los ecosistemas. Por tanto, el problema no reside en la falta de producción de alimentos, sino que el lugar donde vives y el nivel de ingresos condiciona el acceso y la disponibilidad de esos alimentos. Actualmente, la crisis provocada por la COVID-19 y la invasión de Ucrania han acrecentado este problema, y la coyuntura internacional genera todavía más incertidumbre en la seguridad alimentaria.
Este año 2022 ha puesto especialmente de relieve que la fragilidad de los sistemas alimentarios tiene un alcance global y afecta también a Europa. Así lo reflejan los resultados del último Eurobarómetro sobre seguridad alimentaria en la UE, publicado el 28 de septiembre: a un 63% de la población española le preocupa el coste de los alimentos y, además, a un 51%, si el consumo del alimento comporta o no algún riesgo para su salud. La inflación que se vive en España ha afectado especialmente a la cesta de productos esenciales propuesta por la AESAN (el precio de estos productos ha sufrido un aumento del 14,5% en un año, mientras que el IPC lo hizo un 10,5% en el mismo periodo), empujada fundamentalmente por el aumento de precios de la energía, los combustibles y los fertilizantes. En este contexto, a la hora de buscar soluciones reales, cada vez es más necesario hablar de sistemas alimentarios sostenibles con una visión global: seguridad y soberanía alimentaria a nivel mundial y la protección del medio natural y los ecosistemas que los producen.
Desde CECU, valoramos positivamente iniciativas como la promoción de dietas saludables y sostenibles de la AESAN o la cesta básica de alimentos saludables a precios justos. Sin embargo, consideramos que son acciones insuficientes que no han pasado de recomendaciones y buenos propósitos y, por tanto, no han propiciado soluciones. En CECU, apoyamos actuaciones como el proyecto de Real Decreto para el fomento de una alimentación saludable y sostenible en centros escolares, dirigidas a garantizar el derecho a la alimentación desde la administración. Esperamos que este proyecto no vea reducido su alcance durante el proceso de audiencia pública.
En un contexto de crisis como el actual, es necesario tomar decisiones políticas que protejan a las personas consumidoras y productoras. Desde CECU consideramos importante apostar por medidas como:
– Adaptar los menús y la oferta de alimentos en los espacios de restauración de gestión pública según las recomendaciones de dietas saludable y sostenibles de la AESAN.
– Retomar la mesa de diálogo con organizaciones de consumidores y empresas de distribución para garantizar una cesta de la compra nutricionalmente de calidad.
– Garantizar que las personas consumidoras puedan disponer de un margen económico suficiente para una cesta de la compra nutricionalmente de calidad, saludable y sostenible, especialmente las más vulnerables, a partir de intervenciones en otros sectores como la vivienda y la energía.
– Ayudas al sector productor familiar y sostenible, para reducir los costes derivados del gasto energético y combustibles.
– Ejecutar una compra pública verde de alimentación saludable y sostenible para garantizar precios justos.
– Garantizar, desde el Observatorio de la Cadena Alimentaria, que los precios entre origen y destino son justos, e identificar y corregir posibles desviaciones.
– Apostar por la transición a un modelo agroecológico acordado y planificado con todos los sectores y basado en evidencias científicas.
– Ambición por parte del Gobierno de España en las negociaciones finales para la legislación europea sobre deforestación importada, al tratarse de una gran oportunidad para minimizar los impactos negativos de las actividades de la UE, especialmente de la industria alimentaria, en las personas y en el planeta.
Además, desde CECU también consideramos que las empresas de distribución deben ayudar a que el acceso a los productos esenciales saludables sea más asequible. En este sentido, una propuesta que lanzamos a este sector es que las ofertas y promociones estén dirigidas a los alimentos saludables propuestos por la AESAN y que reduzcan al mínimo los márgenes de beneficio en estos.
En conclusión, en este Día Mundial de la Alimentación 2022, apostamos por sistemas alimentarios sostenibles y saludables que no dejen a nadie atrás y garanticen la seguridad alimentaria y la nutrición de todas las personas, de tal forma que no se pongan en riesgo las bases económicas, sociales y ambientales de estas para las futuras generaciones.