Buscar
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Comunicación

Una ley contra las pérdidas y el desperdicio alimentario valiente y efectiva de verdad

Hoy 29 de septiembre, Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, el colectivo #LeySinDesperdicio ha realizado una acción en la puerta del Congreso.

El colectivo #LeySinDesperdicio, del que CECU forma parte junto a otras entidades,  demanda que el proyecto de ley no se quede en un cajón y que sea más ambiciosa para afrontar el problema con eficacia (leysindesperdicio.org)

El 30% de todo lo que el mundo produce se despilfarra y el impacto que esto provoca es enorme para el Planeta, para la economía y para los más de 800 millones de personas que padecen hambre.

Con motivo del trámite parlamentario del proyecto de Ley para la Prevención y Desperdicio Alimentario, un conjunto de activistas y organizaciones de desarrollo, de consumo, ecologistas y juveniles aglutinadas bajo el colectivo #LeySinDesperdicio, pedimos al Legislativo que apuesten por una ley valiente que aborde este fenómeno responsable del 10% de los gases GEI y el despilfarro del 21% de todo el consumo de agua dulce del planeta.

Como señala Juan López de Uralde, diputado de Unidas Podemos, en la producción de alimentos se utilizan una gran cantidad de recursos naturales. “Casi el 90% del agua de nuestro país que sirve para consumo humano se utiliza para el regadío y con frecuencia vemos cómo muchos cultivos se dejan en el campo sin recoger o directamente se tiran. Esta ley debe ser una oportunidad para ajustar la utilización de los recursos naturales a un consumo real y que no sigamos utilizando el Planeta como si no tuviera límites. Todo esto debe recogerse en la ley”.

Para ello, el colectivo #LeySinDesperdicio se ha reunido con diversos grupos parlamentarios de la Comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación del Congreso, delante del Congreso: PSOE, PP, Unidas Podemos, Grupo Plural (Compromís y Más País), PNV y ERC. A todos ellos les hemos trasladado la necesidad de mayor ambición en el abordaje de esta problemática. No podemos permitirnos perder la oportunidad de contar con una ley innovadora y referente a nivel europeo. Es urgente que la ley sea aprobada en esta Legislatura, no puede quedarse en un cajón.

Como ha indicado Joseba Andoni Agirretxea, presidente de la Comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación y portavoz del Grupo Vasco en la misma:  “Necesitamos que esta ley quede blindada jurídicamente y legislativamente podamos ver los puntos débiles en los que se produce el desperdicio para que seamos conscientes de la realidad de lo que supone todo lo que desperdiciamos y no aprovechamos”.

El proyecto de ley aprobado el pasado 7 de junio por el Consejo de Ministros es insuficiente para afrontar este escándalo de enormes dimensiones e impactos económicos, sociales y ambientales, que contribuye al cambio climático y afecta a la seguridad alimentaria. En un contexto de emergencia climática, escalada de precios de los alimentos y crisis alimentaria global, abordar esta lacra desde las causas que la ocasionan debe ser más que nunca una prioridad. Además, responde a un compromiso adquirido por el Gobierno para esta Legislatura e internacionalmente en el marco de la Agenda 2030.

Durante la conversación mantenida esta mañana delante del Congreso, Xavier Aritja, diputado de ERC daba el dato de que en Cataluña 1.200 millones de kilos de alimentos se van perdiendo en todo el proceso por una falta de prevención. “Se focaliza mucho en productores y consumidores, pero en medio está la gran industria y la gran distribución que tienen el volumen más grande de desperdicio. Es necesario que esta ley exija una cuantificación del desperdicio a todo el mundo y que las buenas prácticas sean obligatorias.”

 

Patxi López, portavoz del Grupo Parlamentario Socialista mencionaba que la vocación de una ley cuando llega al Congreso es la de mejorar y entre todos debemos contribuir a que así sea. “Los indicadores suelen ser uno de los déficits de las políticas públicas; por eso, es súper importante ponerlos en marcha para poder medir”.

 

Desde el Grupo Popular, Milagros Marco, indicó que “lo razonable es que el Gobierno hubiera hecho un buen diagnóstico de la situación previo para después definir las medidas que eviten el desperdicio de alimentos. La donación está bien pero no es la medida más importante, es solo una de las soluciones. Lo fundamental es reducir el desperdicio”.

 

La aportación a la ley por parte de las organizaciones y personas que conforman el colectivo #LeySinDesperdicio “está siendo muy rica”, en palabras de Juan Francisco Serrano, diputado del Grupo Socialista, quien ha puesto el acento en que todos los eslabones de la cadena estén alineados: “esta ley está teniendo buena acogida en todos los eslabones, incluido el primario y también el secundario (industria) que es de donde derivan la mayor cantidad de productos “feos” y donde hay una pérdida importante”.

No podemos quedarnos de brazos cruzados. Desde el colectivo #LeySinDesperdicio invitamos a la ciudadanía a que firmen por una leysindesperdicio.org para presionar al Gobierno para que no se quede en un cajón y sea tramitada en esta misma Legislatura; hace tiempo que nuestro Planeta está en tiempo de descuento. Queremos que el Estado español se convierta en un referente en toda Europa con una ley valiente y transformadora.

Estos son los 10 puntos que desde el colectivo #LeySinDesperdicio demandamos:

 

–        Prevenir antes que curar. La ley debe ser eficaz en evitar la generación de excedentes alimentarios a lo largo de toda la cadena alimentaria; no puede limitarse únicamente a gestionarlos.

–        Dimensionar adecuadamente el problema. Medir y analizar dónde, cuánto y por qué se producen las pérdidas y el desperdicio a lo largo de todas las fases: desde el campo a la mesa.

–    Generar obligaciones y mecanismos de cumplimiento para todos los actores de la cadena, saliendo del marco de recomendaciones y buenas prácticas. También pedimos que se brinden las condiciones técnicas y materiales para que puedan hacerles frente.

–        Además de medir cuánto se desperdicia pueda decirnos cómo, para buscar soluciones.

–        Se definan todos los conceptos como desperdicio y pérdidas para que no haya lugar a interpretaciones de la ley.

–        Se impulse el espigueo para reducir las pérdidas alimentarias en el sector primario.

–        Se incluyan acciones y medidas que faciliten el cumplimiento de la ley y se sancione a quien decida esquivarla.

–        Donde la administración tenga un papel claro de vigilancia para su cumplimiento.

–        Se marquen los plazos e instrumentos necesarios para su puesta en marcha.

–        Y se establezca un espacio de diálogo y participación, de gobernanza, para que todos los agentes puedan aplicarla adecuadamente.

 

Si la ley se quedara tal y como está actualmente en el proyecto, tendremos una ley poco efectiva, una ley deslucida con una delgada capa de pintura verde. ¡Necesitamos una ley valiente de verdad!