• Es importante que el consumidor adquiera estos productos en establecimientos de confianza. Hay que tener en cuenta que sigue existiendo una minoría de tiendas (generalmente bazares, tiendas multiprecio o puestos ambulantes), donde se pueden encontrar productos que no cumplen la normativa o son de stocks de años anteriores, cuya efectividad puede verse mermada. En este sentido, hay que recordar que no se deben utilizar fotoprotectores abiertos desde el año anterior.
• Debe proteger frente a radiaciones UVB y UVA. El grado mínimo de protección recomendado por la Unión Europea, es un factor 6. El grado máximo, por encima del cual no se aumenta sustancialmente la protección, es el factor 50.
• Debe tener un etiquetado completo que en el que figuren instrucciones de empleo y sobre la cantidad que debe aplicarse para que el producto sea eficaz y se debe advertir que no constituyen una protección al 100% o total. Debe indicar el grado de protección mediante las categorías baja, media, alta o muy alta, así como la garantía de protección frente a los rayos UVA o PPD (indicado con un círculo UVA).
• Utilizar un protector con un SPF adecuado al fototipo y tipo de piel. El fototipo hace referencia al tipo de piel en relación con su sensibilidad a la radiación ultravioleta solar. Los fototipos bajos (personas de piel clara, ojos azules, cabello rubio) necesitan un SPF muy alto, mientras que los fototipos altos (personas de piel morena, ojos marrones, pelo oscuro) pueden usar una protección más baja.
• Hay que evitar la exposición solar entre las 12 y las 16 horas y aplicar el protector 30 minutos antes de la exposición siguiendo las instrucciones de aplicación y repetición (por ejemplo, después del baño).
• La protección infantil también es un punto de gran preocupación. Por ello, hay que recordar que no se debe exponer directamente al sol a los menores de 3 años. Si el niño es menor de un año, se recomienda utilizar protectores solares que sólo tengan fotoprotector físico (sin perfume) y, a partir de esa edad, aquellos productos diseñados específicamente para niños, sin perfume y resistentes al agua.
• Precaución con las superficies reflectoras como la arena, la nieve y el agua, ya que pueden reflejar más de la mitad de los rayos solares sobre la piel. Sentarse en la sombra no garantiza la protección, por lo que también hay que usar protección también en días nublados y hay que proteger los ojos con gafas de sol homologadas.
• Por último, hay que tener en cuenta que ciertas medicaciones pueden inducir quemaduras solares o erupciones tras la exposición solar (fotosensibilidad). Consulte con su dermatólogo o médico de cabecera cualquier tratamiento en curso o que vaya a iniciar. Es interesante no utilizar perfumes, colonias u otros cosméticos antes de la exposición solar, ya que algunos pueden ser fotosensibles.