Sin embargo, en ocasiones esta puede no ser la mejor idea ya que, en líneas generales, nos encontramos ante un tipo de producto financiero caracterizado por sus elevados intereses. Además, los consumidores no son conscientes a veces de las posibilidades que tienen de conseguir financiación a través de otros cauces menos gravosos. Por todo ello, CECU quiere recordar algunas cuestiones que hay que tener en cuenta para estos casos:
1. Antes de pedirlo, reflexione y haga números. Siempre es preferible ajustarse el cinturón a incidir en el endeudamiento, especialmente si ya se están pagando otros préstamos. Si es imprescindible solicitar algún crédito adicional hágalo por la mínima cantidad necesaria para evitar sobreendeudarse.
2. Evite las gestiones que son sólo telefónicas. Solicite una oferta vinculante por escrito del crédito que le interese contratar, con especial atención a los precios de los servicios ofertados y a las condiciones generales de contratación.
3. Tenga en cuenta los tipos de interés del producto que piensa contratar. Los créditos rápidos suelen tener elevados tipos (por encima del 20%), que harán que tenga que devolver mucho más dinero del que solicitó. Sopese otras posibilidades de financiación.
4. Además, en caso de impago por su parte, se puede enfrentar a graves consecuencias como embargos, elevados intereses de demora, recargos, comisiones…
5. Consulte el folleto de tarifas donde pueda ver qué gastos y comisiones le pueden repercutir y a qué conceptos corresponden.
6. Recuerde que en caso de suscribir un contrato con un intermediario financiero tiene un plazo de catorce días naturales para desistir del contrato sin penalización alguna y sin tener que especificar la causa.
7. Ante cualquier duda póngase en contacto con su asociación de consumidores para recibir asesoramiento personalizado.