- El ministro Planas ha priorizado un proceso cerrado y rápido, en vez de uno participativo, que permitiera a España asentar su presente y futuro alimentario
- El documento, al que aún las organizaciones no han tenido acceso, debería ser una hoja de ruta ambiciosa para transformar nuestros sistemas alimentarios
- Si no se ha permitido a la sociedad civil participar en la redacción, al menos deberían tenerla en cuenta en el proceso de aplicación
El Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación ha presentado hoy, en Consejo de Ministros, la Estrategia Nacional de Alimentación (ENA), que será el “documento de referencia para los próximos años” en materia, nada menos, que de la alimentación de este país. Las organizaciones CECU, Greenpeace, SEAE, WWF, Alimentta, Mensa Cívica, Asociación Vida Sana y el Centro de Estudios Rurales y de Agricultura Internacional quieren mostrar su decepción por lo que se consideraba que sería un proceso “de amplia participación”, tal y como se anunció en la presentación e inicio de los trabajos preparatorios con el lema: “Escucharemos a todos los que tengan algo que aportar en la Estrategia Nacional de Alimentación”.
A pesar de que las organizaciones nos mostramos dispuestas a colaborar con el equipo técnico del Ministerio en todo momento, el proceso ha sido de todo menos participativo desde el comienzo y es hoy que nos enteramos por los medios de la presentación.
- No se ha proporcionado claridad respecto a la metodología prevista para garantizar una participación verdaderamente equitativa y efectiva.
- Hemos conocido las fechas de los foros organizados por el MAPA por los medios de comunicación, dificultando la participación de las personas y entidades interesadas.
- Los foros participativos no han permitido el diálogo amplio, más allá de los expertos seleccionados por el MAPA como ponentes, los cuales se han seleccionado sin indicar los criterios empleados.
- El MAPA no ha facilitado resúmenes de las aportaciones que estos grupos de expertos han compartido durante los foros participativos.
- No han presentado oportunamente un calendario de trabajo, del proceso y de presentación.
- Tampoco se conoce el documento final con las aportaciones realizadas, presentado en Consejo de Ministros.
En septiembre instamos al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación a tomar las medidas necesarias para garantizar que la sociedad civil, las organizaciones de productores y consumidores, así como los distintos sectores académicos y sociales, tuvieran la posibilidad real de contribuir al proceso de elaboración de la Estrategia Nacional de Alimentación.
Salvo una reunión presencial entre el equipo del MAPA y algunas de las entidades, el papel ha consistido en hacer aportaciones a un documento genérico, a pesar de nuestra insistencia en participar y se ha carecido de información sobre cómo dichas alegaciones serán integradas – o descartadas – en el borrador final. Se trata de una pérdida de oportunidad de replicar, a nivel nacional, el ‘Diálogo estratégico sobre el futuro de la alimentación de la UE’, el cual, a partir de un proceso amplio, dialogado y realmente participativo, permite alcanzar un amplio consenso entre todos los sectores implicados en la cadena alimentaria. El ministro Planas ha priorizado un proceso cerrado y rápido, con el único objetivo de adelantarse a las propuestas políticas de Europa, en vez de un proceso constructivo y realmente participativo que permitiera a España asentar las bases de su presente y futuro alimentario.
Ahora que se ha presentado al Gobierno, las organizaciones esperan poder analizar la Estrategia cuanto antes y ser tenidas en cuenta en el proceso de aplicación. La ENA debe ser una estrategia viva y dinámica que se adapte a las necesidades, por lo que es fundamental que el MAPA cuente con la sociedad civil. Asimismo, las organizaciones mencionadas en este documento manifiestan su interés en realizar un seguimiento continuo, velar por el cumplimiento efectivo de los objetivos establecidos en la ENA, así como en promover el análisis e incorporación de propuestas de mejora. Para ello, proponen la creación de un órgano específico, similar a un grupo de trabajo o un observatorio, que se encargue de estas labores de monitoreo y mejora continua.