Los consumidores están hoy rodeados de bienes digitales en todos los aspectos de su vida cotidiana. Sin embargo, cuando estos productos perjudican a los consumidores, es posible que no exista el derecho a reclamar una compensación. Debido a su amplia difusión, los fallos en los productos digitales pueden tener implicaciones a gran escala para los consumidores y la sociedad. El marco legal actual establecido por la Directiva de Responsabilidad del Producto en 1985 ya no se adapta a los múltiples desafíos que traen las nuevas tecnologías en 2020. Esta situación crea incertidumbre legal tanto para las empresas como para los consumidores, multiplica el riesgo de un trato desigual de los consumidores en el Mercado Único, evita la reparación del consumidor y la confianza en los bienes digitales en general. Es esencial que las normas de responsabilidad de producto de la UE establezcan un marco legal claro y aplicable que garantice el acceso efectivo a la justicia para todos los consumidores.
