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Comunicación

Opinión: «¿Qué pasa con el transporte público en España?»

trans publico

el pasado mes de noviembre se convocó una huelga en el transportes de la zona sur de Madrid (Getafe, Parla, etc.) en reclamación de mejoras de los trabajadores que afectó a una veintena de líneas y 165.000 pasajeros; en Madrid, más de 200 pasajeros se echan a la vía del tren por largos retrasos sin recibir explicaciones; en Andalucía se produce el descarrilamiento de un tren con 37 heridos por mal estado de las vías a causa de las lluvias; un tren que tarda más de 5 horas entre Madrid a Talavera por una avería; una manifestación de habitantes de Extremadura y Castilla la Mancha por no tener un transporte por ferrocarril adecuado; conductores que dan positivo en análisis de drogas, incluso en vehículos escolares; atascos en las entradas a las grandes ciudades por no haber vías exclusivas para el transporte público; retrasos constantes en las líneas de Cercanías…estas son algunas de las grandes y graves incidencias ocurridas en los últimos meses.

¿Por qué no se está cuidando el transporte público en España?

Como representantes de los consumidores exigimos a los gobiernos, tanto nacional como autonómicos, que, al igual que desde CECU pedimos a los usuarios que utilicen el transporte público para reducir lo máximo posible la contaminación y no contribuir a acelerar el cambio climático, como responsables del transporte público pongan las medidas suficientes y necesarias para que este sea de calidad y que cubra las «necesidades de transporte de los ciudadanos, en el conjunto del territorio español, en condiciones idóneas de seguridad, con atención especial a las categorías sociales desfavorecidas y a las personas con capacidad reducida, así como a las zonas y núcleos de población alejados o de difícil acceso» (Art. 4.1 LOTT) para que, de una vez por todas, tengamos unas ciudades más habitables y con menos contaminación.

El transporte es público y un servicio necesario para millones de personas, por lo que si es necesario subvencionarlo siempre será un dinero mejor invertido que hacer tantas carreteras que luego no se utilizan y grandes inversiones en infraestructuras del AVE (que ni siquiera cubren los gastos) en detrimento del ferrocarril convencional, a los que no tienen acceso todas las personas.